sábado, 17 de marzo de 2012

SER CONTEMPLATIVO EN LA ACCION


Estos días está pasando mucha gente por el albergue. Como cada día un grupo muy numeroso de hondureños, seguidos por los de Guate, El Salvador y los Nica. En cada momento son tal la cantidad de situaciones tan angustiosas, de demandas, de penalidades, que uno siempre se mueve en una fuerte tensión.
Tensión entre dos polaridades, entre dos extremos que se balancean y que se posicionan en la realidad personal de muy diversa manera. Por un lado, el riesgo de vivir con superficialidad las traumáticas historias que están viviendo las personas, el riesgo de percibir como normal tanto sufrimiento, sinrazón,… un riesgo claro de vivirse totalmente imbuido en la “acción”, en realizar tareas, sin mirar a los ojos de la gente, sin tener presentes sus vidas.

El otro extremo es quedarte entrampado en las historias personales de tanta gente que pasa día a día por el albergue. Relatos de jóvenes, adolescentes, adultos, hombres y mujeres, y hasta niños… Un riesgo claro de quedarte bloqueado por el dolor y la pena. ¿Cómo seguir adelante ante tanta situación que nos sobrepasa, ante la que no tenemos una respuesta inmediata?

San Ignacio de Loyola y la tradición ignaciana habla de este tipo de tensión como “Contemplación” y “Acción”. La vida de cualquier persona que intenta hallar la verdad en su vida y el sentido de lo que le rodea, pasa por una tensión que algunos han acuñado con la expresión: Ser contemplativos en la acción.
Contemplar, escuchar, acompañar, apasionarse, ser compasivo, tomar aliento… pero a la vez movilizarse, actuar, luchar por la justicia, comprometerse con la realidad, con la gente, con la vida. Una tensión que nos presenta ante uno de los grandes retos de la vida: ¿Cómo encontrar a Dios en nuestro día a día, en lo cotidiano, en la vida y en la muerte, en nuestro sufrimiento y en el ajeno, en la parada del metro y en la consulta del médico, en la cola de la pescadería y en nuestra iglesia, mezquita o templo, en nuestro trabajo estresante y en las horas de ocio?

Todo un misterio, toda una vida. Un misterio y una vida que nos acompañan en nuestro caminar, que nos ayudan a crecer, a sentirnos más humanos y a veces más vulnerables; con el corazón preparado para acoger la realidad de los otros; una realidad que nos mueve por dentro y por fuera.
Erick ha escuchado y ha contemplado una realidad sufriente, la de un joven hondureño que está viendo sufrir a su familia víctima del hambre y la violencia. Erick busca un futuro mejor para los suyos, se ha puesto en camino sin medir al milímetro los riesgos que supone atravesar tantos países en condiciones tan pésimas y sin tener claro si encontrará un trabajo digno en los Estados Unidos. Locura para muchos, pero necesidad de supervivencia para tantos.

Erick contempla la realidad y se pone en camino. Su vida y testimonio me están ayudando a entender y encarnar qué significa ser “contemplativo en la acción”.

Muchas gracias Erick.

Alberto Ares, sj- Voluntario del Albergue Decanal Guadalupano.
El Rincón de Alberto http://albertoares.wordpress.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario